Estados Unidos: La Maquinaria Electoral
Resulta difícil analizar las posiciones de los candidatos demócratas sobre temas que afectan a los latinos, como la política migratoria. Y resulta difícil por el más sencillo de los motivos: dicen muy poco, casi nada. Howard Dean reaccionó a la propuesta de Bush de reformar la política migratoria con un programa bracero controlado por las empresas que necesiten trabajadores extranjeros. Dean declaró que el programa bracero es un modelo que fomenta la explotación de los inmigrantes, baja los salarios para todos los trabajadores y beneficia únicamente a las empresas.
Los candidatos con posibilidades de ganar – Kerry, Dean, Clark, Edwards – han manifestado la siguiente posición sobre inmigración: Fortalecer el control de las fronteras para detener el flujo de inmigrantes y facilitar el camino a la legalización de los que estén trabajando, pagando impuestos y cumpliendo con las leyes del país. Ninguno explica qué es este “camino a la legalización”. Ninguno de los cuatro mencionó la frase “amnistía para los trabajadores indocumentados”.
Las primeras elecciones primarias y caucuses se realizaron en estados mayoritariamente blancos: Iowa y New Hampshire, donde el voto latino, al igual que el voto afroamericano, no tienen peso. El 3 de febrero se realizarán elecciones primarias y caucuses en siete estados, dos de los cuales tienen un importante porcentaje de población latina: Arizona y Nuevo México. Arizona tiene un 25% de latinos y Nuevo México tiene más del 42% de latinos.
Algunos de los candidatos tienen sitios web con información dirigida a la comunidad latina. El mejor preparado, y el más pintoresco, es el del general Wesley Clark. En una carta a los latinos, Clark dice compartir los ideales de Benito Juárez, de Bolívar, de César Chávez, de Hostos, a los que reconoce como gestadores del sueño americano. (Toda una sorpresa el reconocimiento que “americano” también se refiere a América Latina.) En el sitio hay una carta de la nuera de Clark, una inmigrante colombiana, que enfatiza el compromiso de éste con la comunidad latina. Menciona que Clark apoya la educación bilingue, el Dream Act (Ley que permitiría el ingreso a la universidad a jóvenes indocumentados que llegaron a EE.UU. antes de cumplir 16 años), acción afirmativa en el ejército, mejoras en el empleo y la política migratoria (sólo un enunciado). No hay página web en español para Kerry, la página de Edwards es prolijamente breve y la de Dean, que es el único candidato que habla castellano, está mal traducida y con signos en lugar de acentos y eñes.
Más allá de los cuatro candidatos principales, es importante notar que Dennis Kucinich, quien sólo alcanzó el 1% de los votos en las primarias de New Hampshire, fue el único en decir de manera clara y contundente que Estados Unidos debe legalizar a través de una amnistía a todos los inmigrantes que trabajan en este país. Fue uno de los pocos candidatos en condenar la invasión a Irak y proponer que las tropas de Estados Unidos salgan inmediatamente de Irak. Es un candidato anti ALCA y anti NAFTA, que obviamente no obtendrá el apoyo de las corporaciones. Con eso su suerte parece estar sellada: No recibió suficientes donaciones para financiar una campaña que compita con los dólares de Kerry, Dean, Clark, Edwards.
Desde 1976, el candidato que ha juntado más dinero en el año anterior a las elecciones, es el que ha sido nominado por su partido para las elecciones presidenciales. En 1975 Carter y Ford fueron los candidatos que más dinero reunieron y los nominados por sus respectivos partidos; en 1979 fueron Reagan y Carter; en 1983 Reagan y Mondale; y la fórmula no falló incluyendo 1999, con Gore y George W. Bush como nominados.
Los escritores norteamericanos Greg Palast y Charles Lewis sostienen que el sistema electoral estadounidense está roto. Sólo pueden competir los millonarios o los que estén dispuestos a solicitar donaciones de millonarios. Es un proceso elitista del que están excluídas las grandes mayorías, no solamente la comunidad latina.