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Cruzando el Guión: La Inauguración de Obama nos Permitió Regresar a Casa

Nicholas Powers Feb 24, 2009



Traducido por Yaniv Kleinman.

 

 

Un amigo y yo nos apresuramos por las calles vacías hacia a un centro comercial en Washington, D.C. Solo tres minutos faltaban para que comenzará la inauguración de Barack Obama. “No corramos,” yo le dije. “Entremos ahí y compremos un café.” El calor de la tienda empaño mis gafas y mientras las limpiaba oí a Obama. “Me paro hoy humildemente…” Rítmicamente, el discurso ascendiente de Obama calló a la tienda.

 

El cocinero, un hombre alto cansado por el trabajo, miro hacia la radio. Mas que escuchando, el estaba poniendo el peso de su vida en esa voz. Dos mujeres por el mostrador tarareaban “si.” El cocinero no parpadeó, como si las palabras de Obama fueran un puente sobre un abismo. La puerta timbraba mientras la gente entraba. Un brisa fría soplaba nuestros cachetes mientras los nuevos visitantes se callaban y rodeaban la radio. Nosotros éramos extraños pero flotamos con su promesa que “los odios de ayer pasaran un día; y las marcas de tribus se devolverán pronto.” Obama se levanto ha su ultima sima. “Hemos cargado este gran regalo de libertad y entregarlo seguramente a las generaciones del futuro.” Terminó y se bajaron nuestros hombros. Mire a las caras alrededor y vi esperanza seguida por amor.

 

Al través de la noche Washington se oía. Hombres en tuxedos y mujeres en batas caminaban por las brisa helada. En el bus al regreso nos reímos y gritamos. Un señor se paro firmemente con una camiseta que decía “Tengo otra ves a mi país.”  Estábamos contentos porque el triunfo de Obama termino una separación mas vieja que esta elección. 

 

La mayoría de nosotros crecimos en la era de la política de identidad. Uno puede ser un Afro-Americano, Latino-Americano, Indio-Americano y la lista sigue pero nunca simplemente Americano. Siempre el guión existía como un puente prohibido a pasar. Estancados dentro de el origen de nuestra familia y nuestros propios destinos, mirábamos a ellos por dentro y queríamos ser protegidos por los mismos muros.  La critica contra EE.UU. no se sentía como solidaridad con los que sufren pero como resentimiento a ser rechazados. Secretamente queríamos ponerle un fin a la política de identidad por que la vida en el guión significa que uno no puede estar en el otro lado.

 

Con la inauguración de Obama, nosotros cruzamos ese guión.  Pudimos cruzarlo porque Obama transporta nuestro recuerdos de hogar, enterrados bajo a la furia, y los cambia a palabras que como una llave abrían puerta por puerta hasta que el se sentó en la Oficina Oval.  Mirando, esperando pero oyendo a la Izquierda que estamos entrapados en una delusión ideológica que oculta la realidad de un mundo en ruinas. Una critica Marxista clásica. Y aunque hay razones para desconfiar de la política de Obama, mis amigos son testigos de transformaciones profundas.

 

Una me dijo que comenzó a escribir canciones después de una lucha larga contra el silencio. Mi jefe me dijo que un estudiante que se fue del colegio llamó en el Dia de la Inauguración para decir que quería regresar y terminar su grado.  “Tendrá que ver con el hecho que Obama fue jurado”? El preguntó. El estudiando respondio, “Tiene que ver todo con eso.” Mas que cualquier persona Obama le dio a nuestros ancianos, quienes marcharon en el movimiento por Derechos Civiles, quienes protestaron en los ’60s, un regalo en la ultima fase de sus vidas. El hizo sus sacrificios significantes. Aun sus pólizas sean del centro, por solo eso podemos ser agradecidos.

 

La razón por esto es un hecho usualmente olvidado que es mas que simbólico. La Casa Blanca fue construida por esclavos. Los Estados Unidos fueron construidos por nuestros padres y nuestros abuelos. Ellos trabajaron todas sus vidas por un país que sus hijos eran separados por un guión. Con Obama nosotros hemos reclamado nuestra herencia. Y es por eso que lo queremos. Nos dejo regresar a casa.

 

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